domingo, 5 de abril de 2009

Deliciosa locura






Deliciosa locura


¿Quién podría regalarme
todas las cosas que quiero?
solamente tu, pero no sabes
lo que deseo, te quiero.

¿Como podría tenerte conmigo
y pasar noches heladas?
si no existo en tu mundo
cruel y distante lo veo.

¿Cuando te llevaría a ver
lo que escribí en el cielo?
si ni siquiera has visto,
lo que te dije en papel.

¿Por qué tendría sentido
seguir viviendo desamparado?
a menos que me quisieras,
pero eso no es cierto.

¿Qué haría yo sin ti?
compañera incondicional,
mi deliciosa locura,
que ahuyenta la soledad.





Solo tú ves

Sutiles hilos de amor,
remiendos de rojo color;
en las telas de mi alma,
curada al calor de tu palma.

Fantasmas reflejados
en los rincones olvidados
de los tipos que dejaron
su esperanza y naufragaron.

Lagrimas rojas en mi cara,
con una apariencia rara
disimulando mis penas
las ahogas en tus venas.

Hay cosas que solo tú ves,
el derecho y el revés,
susurras palabras mudas,
cuando tu alma desnudas.





Un lugar

El viento dorado
ha llegado al altar,
al trono de piedra
en la salida de sol.

Buscando un lugar,
para respirar otra vez,
después de gastarte
al llevar la cadena.

No temas nunca más,
ahora te encuentras,
en el mejor sitio
donde pueda cuidarte.

Planta tus sueños
y múdate aquí, conmigo;
aquí donde casi te vean
las flores de tu jardín.





Lluvia, perdóname

Lloraba desconsolado por ella,
como cuando muere una estrella,
la otra llamaba a mi ventana,
igual que una triste hermana.
Le decía yo por qué me dolía,
y que el alivio jamás llegaría;
Con su voz serena me calmaba,
pero yo, como al diablo negaba.

Cansado de intentar callarla,
en vano quise salir a olvidarla:
pero en cada rincón esta aquella,
cada momento se hace más bella.
Fue entonces cuando entendí
lo que quería buscar dentro de mí,
me dijo alejándose ahora abandóname,
por eso te digo: lluvia perdóname.





Grandeza

Podría dejarme morir
para que seguir así
sin ti, mi amor, dime
que hice yo y me iré
a dormir tranquilo.

Muéstrame tu grandeza,
deja mi alma que vuele
a donde quiera llegar,
y posarse para anidar
en retazos de esperanza.

Endurecido por el tiempo
que ha dejado su huella
palpitando en mi cara
llena de lágrimas negras
después de tanto esperar.





Fuego

Ven ahora te lo ruego,
acaba ya con el fuego,
que quema los diamantes
con los que te vi antes.

Serías gran inspiración,
tú sabes robar mi razón,
llévala lejos, mi musa,
dame tu armonía confusa.

Decidí dejarte vivir,
entre mis grandes amores,
donde te voy a escribir.

Llena mi alma de colores,
déjame otra vez sentir,
los latidos de tus dolores.





Flores

Te regalo estas flores,
puede que halla mejores,
es lo único que tengo
y es por ti, aquí vengo.

Una rosa es para amarte,
y tus heridas curarte;
para alegrarte un jazmín,
que tus días no tengan fin.

La margarita te ilumina,
con tu espera culmina;
y este hermoso clavel,
que lo plantes en tu vergel.

Para ti te daré esta azucena,
ya nada a tu alma envenena;
y que bailen mariposas,
entre tus manos hermosas.

Entre cardos olvidados,
y racimos maltratados,
te obsequio todo mi amor,
en tu jardín crecerá mejor.





Charcos de tinta roja

Te imaginé mil veces,
y lo voy a repetir,
tanto tiempo otra vez
daré mi humilde perdón.

Describirte no puedo
por que no te conozco,
solo te regalo mi sangre,
para que sigas viviendo.

Nadarás desnuda imagino,
entre tinta roja estancada,
saltando de charco en charco
vas a pasar toda tu vida.

Ensangrentado mi lápiz
te dice adiós ciegamente;
para olvidar tu pasado
y así poder imaginarte.





De la gente

Les harás caso a ellos
para hacerte igual también,
no puedo creer que piensas
de la gente innecesaria.

Demasiado temprano para mí,
ya ha pasado tu tiempo,
dime que dices ahora entonces,
de la gente que te hiere.

Pregúntales, te van a mentir,
tal vez lo haga yo, por ti,
para protegerte, de la gente
que te quiere seducir, al mal.

Te voy a hacer caso, confía;
te voy a herir, si quieres,
te tendré que mentir, a veces,
para alejarte de la gente.





Un viejo dolor

Ya tus ojos se alejaron,
sus despedidas dejaron,
tan sutiles y felices,
tan cambiante lo que dices.

Frecuentaban mi presencia,
poco tiempo fue la ausencia,
antes de que esto llegara,
y de que mi alma callara.

Aún siento un viejo dolor,
que me recuerda ese amor,
que mi corazón antes sentía,
aquel que tu corazón me mentía.

Ya casi no te veo a lo lejos,
no vivamos en esos reflejos
que creamos sin quererlos,
y sufrimos para perderlos.





Ya vendrán días peores

Hoy el sol brilla en mi ventana,
como antes de que lo mataras,
me engañan otra vez tus virtudes,
para que piense que me quieres,
y así disimular una vez más,
que ya vendrán días peores.

Tus mañas, de mañana muestras,
de día me encierras dentro de ti
no me sueltas hasta muy tarde,
ya hasta las noches me asustan,
pensar en ti, estando ahí,
tan cerca y tan distante.

Me perdonaran alguna vez espero,
no lo creo posible, aún espero
este frío de su interior quema,
mi cara pierde esperanzas así,
te sonríes engañosa frente a mí,
susurrándome como me vas a atrapar.





Disculpas

Tus latidos se confunden,
con los míos y se funden,
en una sola extraña cosa,
es tan rara como hermosa.

Tu aliento cálido me rodea,
y tu pelo hace que lo vea,
tan sabroso e inexplicable,
no pretendas que te hable.

Tus labios están tan rojos,
como el rubí de tus ojos,
tu piel tiene la fragancia,
de la mismísima elegancia.

Mis brazos que se sacuden,
al ver que los tuyos acuden,
a expiar nuestras culpas,
ahora, para que las disculpas.





No hay comentarios:

Publicar un comentario